SAKANA, CAMINO DE ROBLES

sakondu SAKANA




                                  Una historia entre montañas

Protegido por las sierras de Aralar, Urbasa y Andia, al noreste de Navarra, se encuentra el hermoso valle de Sakana, un largo corredor de verdes pradera y antiguos bosques de robles y hayas.
A ambos lados del río Burunda-Arakil, que recorre el valle de este a oeste, se encuentran sus 30 pueblos que hasta hace pocos años se agrupaban en las comarcas de Burunda, Aranatz, Ergoiena y Arakil.
En el centro, se levanta el monte Beriain, también llamado San Donato, con s magnífica presencia es símbolo del valle y el punto más alto de una sierra que es frontera bioclimática y cultural entre la zona atlántica y la mediterránea.
Biaizpe (Dos Hermanas), el monte Erga y el paso de Oskía, lo cierran por el este y por el oeste se abre a la Llanada Alavesa y a Guipuzcoa con el parque natural de Aratz-Aitzkorri.

Su privilegiada situación geográfica, a medio camino entre Pamplona y Vitoria y a menos de una hora de Bilbao, San Sebastián y la Rioja, ha hecho que sea una importante vía de comunicaciones desde la antigüedad. como atestiguan los trabajos arqueológicos llevados a  cabo en el Monasterio de Zamartze por aquí pasaba la Calzada Romana Burdeos-Astorga del siglo II-III y el primitivo Camino de Santiago hasta el siglo XI.
Tres ermitas románicas también tienen importancia histórica y artística en Sakana: Santiago de Itxasperri en Egiarreta, Aitzaga en Iturmendi y el Santurario de San Miguel de Aralar.

Otra calzada más rupestre, la de Bernoa, que atravesando el valle de norte a sur, a través de la sierrra de Urbasa y las estribaciones de Aralar, unía la costa guipuzcoana con el valle del Ebro, fué fundamental a partir del siglo XVI para el desarrollo económico del valle a través del comercio de mercancías transportadas por los arrieros. De esta época proceden las grandes casas de piedra blasonadas que se conservan en muchos de sus bonitos pueblos. donde pueden alojarse los visitantes, ya que cuentan con una amplia oferta de casas rurales, bares y restaurantes.

A pesar de la industrialización impulsada por la llegada del ferrocarril a Alsasua, se ha conservado el encanto de sus paisajes y de la mayoría de sus pueblos, manteniendo además de una imponente arquitectura, tradiciones ancestrales y su idioma original, el euskera, que es la lengua viva más antigua de Europa Occidental cuyo origen se remonta, por lo menos, al Neolítico.
De esta edad Edad de Piedra (3-000 a.d.C.) son las innumerables Construcciones megalíticas que permanecen medo escondidas, desde hace miles de años, en nuestros bosques: Los dólmenes de Arteko Saro y  La Cañada en Urbasa, La ruta de los Dólmenes y el dolmen de Albi en Aralar y el cromlech de peña Blanca en Andía son algunos ejemplos.
Pero estas sierras ya estaban pobladas mucho tiempo atrás. De hace 1000.000 años, en el Paleolítico inferior, es el bifaz de Aranzaduia, un hacha que se puede ver en el Museo de Navarra.

El número de grutas, cavidades, simas y cuevas también es inmenso, un paraíso para la espeleología. 
En los rasos de estos montes, junto con caballos y vacas, pasta la oveja latxa, tan presente e importante en Sakana, sobre todo por el excelente queso que con denominación de origen de Idiazabal, elaboran las pastoras y pastores del valle. En honor a tan apreciado alimento y a los modos de vida tradicionales, se celebra todos los años el Artzai Eguna en Huarte Arakil, una de las fiestas más populares de Sakana. También hay una fiesta entorno a la famosa txistorra en Arbizu, el Txistor Eguna y ferias de ganado y artesanía en Altsasu, Irurtzun y Etxarri.

En realidad el número de ferias, fiestas y romerías a los largo del valle es interminables, imposible de nombrarlas aquí todas y cada una de ellas, muchas se levan celebrando cientos de años, como Santa Agueda, los Carnavales y la Maiatza, son algunas de ellas con fuerza y tradición.

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